Las flores de calabacín son un manjar delicado y sabroso que se aprovecha en la cocina durante el verano.
Estas flores son parte de la planta de calabacín y tienen una vida útil muy breve, lo que dificulta su comercialización a gran escala. A continuación, os damos información sobre las propiedades y usos culinarios de las flores de calabacín.
Flor de calabacín: Muy pocas calorías
Las flores de calabacín son comestibles y contienen pocas calorías. Son ricas en fibra, vitamina C, folatos y vitamina A, y tienen una menor cantidad de minerales esenciales y grasa. Estas flores tienen una textura carnosa pero suave, y ofrecen sabores sutiles con matices frescos, ligeramente dulces y almizclados.
Para disfrutar de las flores de calabacín en su mejor estado, es recomendable adquirirlas frescas, sin roturas ni magulladuras. En Forpas Gastronomía puedes encontrarlas formato bandeja ya que somos una tienda especializada en productos gourmet. Es importante manipularlas con cuidado, lavarlas suavemente en agua fría y secarlas delicadamente antes de cocinar. También se recomienda retirar el pistilo o los estambres interiores antes de su preparación.
¿Cómo comer las flores de calabacín?
Gastronómicamente, las flores de calabacín son perfectas para rellenar, gratinar, rebozar o freír, ya que su delicadeza se presta a diferentes texturas y preparaciones. Pueden ser utilizadas tanto en platos salados como en ensaladas o tostas. En Italia, es común rellenar las flores con una mezcla de ricotta, mozzarella, hierbas frescas y otros ingredientes como jamón, pan rallado o frutos secos.
En resumen, las flores de calabacín son un ingrediente exquisito que se aprovecha en la cocina durante el verano. Con su sabor suave y textura única, puedes disfrutar de ellas rellenas, fritas, gratinadas o crudas en diversas preparaciones culinarias. ¡Aprovecha la temporada de calabacín y deleita tu paladar con este manjar tan especial!